La calidad del agua se encuentra íntimamente vinculada a la salud humana. Es importante que todas las personas tengan acceso al agua confiable.
Mariano Minaglia, licenciado en Bromatología y Jefe del Departamento Medio Ambiente Región Centro del INTI es director del proyecto “Gestión Integrada para la sostenibilidad de las cooperativas de agua, implementación de políticas públicas de acceso al agua potable en la provincia de Entre Ríos”.
“La iniciativa tiene como propósito -expresó Minaglia-, hallar soluciones a problemáticas presentes en las 74 cooperativas de agua potable que se encuentran distribuidas en la provincia”. La población destinataria de este trabajo, estimada en más de 300.000 usuarios, es la que emplea los servicios de agua potable que brindan las asociaciones.
Se trata de un trabajo interinstitucional entre UNER, FECAPER, UADER e INTI, cuya finalidad es mejorar la gestión técnica y administrativa de las entidades que suministran el recurso natural. A tal efecto, se va a realizar un relevamiento científico-técnico y de gestión sobre las Cooperativas de Agua Potable en la provincia de Entre Ríos y sus pozos correspondientes.
“La meta es obtener un mapa hidrogeológico con las características físico químicas de cada pozo relevado, a fin de contar con información normalizada y digitalizada que esté a disposición de quienes toman decisiones, proponer capacitaciones y manuales técnicos de guía para la gestión de las fuentes de agua y ordenamiento territorial municipal en materia de acceso al agua”, mencionó el licenciado. También agregó que, “además apunta a generar propuestas conjuntas de empleo en tecnologías de gestión para potenciar la sostenibilidad del accionar administrativo en las entidades que brindan el servicio de agua potable”.
Beneficios e impactos ambientales
El especialista destacó que desarrollar y concretar la tarea permite garantizar agua potable confiable y segura, fortalecer la gestión integral de las cooperativas sustentada en tecnologías, relevar información concreta y útil sobre la naturaleza del agua de los pozos y el estado de los mismos, además de proveer de argumentos para priorizar políticas que favorezcan la eficiencia y sostenibilidad en el sector. “Consideramos sumamente necesario trabajar con un modelo de gestión de agua segura para las cooperativas de la provincia de Entre Ríos, con el fin de mejorar la toma de decisiones acerca de un bien público”, sostuvo.
La elaboración de un perfil hidrogeológico, permitirá conocer las condiciones del agua en cada uno de los puntos de toma y ubicarlos geográficamente. “Las mejoras en la salubridad y calidad de agua, son fundamentales para el desarrollo y bienestar de la Salud Pública y una de las bases del desarrollo equitativo en una sociedad. Por ello, la importancia de establecer modelos de evaluación y gestión integral que garanticen su calidad”, remarcó.
En referencia a los impactos ambientales, Mariano Minaglia ofreció un detalle sobre el Arsénico, metaloide de reconocida capacidad tóxica, cancerígeno para el organismo humano y con efectos negativos en la salud a través del consumo de agua. “La ingesta crónica de agua que contenga arsénico (As), puede provocar el Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE), una patología que provoca enfermedades y cáncer de piel, pulmón, vejiga, riñón, entre otros; alteraciones en el desarrollo, afecciones cardiovasculares, neurotóxicas y diabetes”, describió.
“En muchas aguas subterráneas -continuó Minaglia- se ha observado un incremento de los niveles de nitratos debido a la intensificación de las prácticas agrícolas y ganaderas. El nitrato es uno de los más frecuentes contaminantes de aguas subterráneas en áreas rurales por lo que debe ser controlado principalmente, dado que en niveles excesivos pueden provocar metahemoglobinemia, o ‘la enfermedad de los bebés azules’. Si se consume agua con altos niveles de sulfato, los niños pueden experimentar deshidratación y diarrea, dado que es un grupo etario muy sensible al sulfato”.
También agregó que “la presencia de microorganismos en el agua, surge por efecto directo o indirecto de cambios en el medio ambiente y en la población, tales como urbanización no controlada, crecimiento industrial, pobreza, ocupación de regiones antes deshabitadas, y la disposición inadecuada de excretas humanas y animales. El consumo de agua contaminada con microorganismos puede ocasionar síntomas como diarreas, fiebre, dolores abdominales, náuseas, vómitos y otras enfermedades mayores”.
Conformación de un equipo técnico
El espacio surgió ante la necesidad de gestionar información específica y contar con un modelo de gestión sostenible para los prestadores de servicio de captación, potabilización y distribución del agua. Tales demandas se presentaron en la primera reunión interinstitucional celebrada en el 2019. Es por ello que quedó establecida una mesa técnica conformada por universidades (UNER, UADER), Institutos tecnológicos (INTI e INTA), Federación de cooperativas de agua, Secretaría de Ambiente, Secretaría de Ciencia y Técnica, Dirección de Obras Sanitarias de Entre Ríos, Dirección de Hidráulica, Ministerio de producción y Ministerio de Salud.
El licenciado Minaglia resume “lo valioso que significa poder contar con el desarrollo de un modelo por gestión integrada interinstitucional unificando capacidades académicas, públicas, de institutos en ciencia y tecnología; una propuesta que contribuirá a entender la gestión del agua como la acción que debe reunir impactos sociales, económicos y ambientales de suma importancia, para garantizar la sostenibilidad de las cooperativas de agua como prestadoras del servicio, ofreciendo seguridad a los consumidores”.
Desde lo social, ese recurso natural resulta primordial para el crecimiento de la comunidad y los emprendimientos productivos que le dan sustento. Respecto a lo ambiental, conocer el territorio junto a las particularidades hidrogeológicas, permitirá optimizar operaciones y ordenar las actividades de explotación a los fines de no impactar sobre la calidad de las napas subterráneas efectuando un uso eficiente del agua sin producir derroches por malas prácticas. Con relación a lo económico, organizar la actividad administrativa de los prestadores del servicio de agua permitirá generar capacidad para dar respuestas a las inversiones necesarias mejorando los servicios a través del tiempo.
Finalmente el investigador, destacó “la participación de profesionales con experticia técnica para el manejo de tecnologías del agua y su gestión, capacidades para análisis y asesoramiento en matriz hídrica. Todas las partes cuentan con laboratorios y capacidad operativa para procesar datos; también presentan perfiles en ciencias geológicas y económicas que contribuirá a mantener actividades con una mirada integrada en la gestión del agua”, concluyó.