El rector se refirió al proceso desarrollado hasta llegar a la Asamblea que aprobó el nuevo Estatuto de la UNER. Enumeró las modificaciones que entrarán en vigencia y destacó el logro de “tener normativas que nos permitan estar de cara a las necesidades de la gente”.
En entrevista con el equipo de Aire de Todos por Radio UNER, el rector de nuestra Universidad, Andrés Sabella, describió el proceso que inició en 2019 y finalizó este sábado en Concepción del Uruguay, con la aprobación del proyecto mediante Asamblea Universitaria. Lo calificó como “intenso”, y subrayó: “Teníamos un norte respecto a cómo llevarlo adelante, desde nuestro convencimiento de cómo gestionar. A diferencia de otras veces, la reforma del Estatuto no comenzó con un borrador de proyecto sino con un proceso de recepción de ideas de modificaciones que vinieron desde las facultades, avaladas por los Consejos Directivos, al Consejo Superior. Se recibieron 309 propuestas, y con ese esquema se comenzó a trabajar. No pensábamos recibir tantas, pero fue lo que le dio riqueza al trabajo que se hizo. Hubo que clasificarlas, agruparlas por temáticas e intentar identificar aquellas que aparecían en común”. En ese sentido, señaló: “El trabajo de la comisión ad hoc fue buenísimo, serio, de muchas horas y mucho compromiso”.
Asimismo definió a la última Asamblea Universitaria como “una jornada muy importante, muy significativa para la vida democrática de la universidad e histórica. La Universidad Nacional de Entre Ríos es joven, 50 años para una organización educativa no es tanto tiempo. Pero no obstante eso, está consolidada en el sistema público argentino y en la provincia de Entre Ríos. Viene creciendo, y de la mano de ese crecimiento necesita mayor claridad en sus normativas y planificación”. La jornada del sábado fue producto de “algo que siempre pusimos en agenda y que es transitar por caminos que no nos lleven a enfrentamientos, estamos convencidos que tenemos que hacerlo por caminos de consensos. Demasiada conflictividad tenemos en la sociedad argentina para que nosotros mostremos eso como forma de trabajo y de funcionamiento”, sentenció.
Una Universidad acorde a sus tiempos
En relación a las adaptaciones de la normativa respecto al actual desarrollo de las funciones de la Universidad, Sabella mencionó que el nuevo Estatuto “tiene una redacción diferente, dejamos de hablar de investigación y nos referimos a innovación y vinculación tecnológica. Y a nivel de la extensión, también aparecen posibilidades de formar comisiones en las cuales haya actores sociales y otros referentes de la región. A algunos de estos aspectos la Universidad ya los viene desarrollando, pero faltaba darles esta jerarquía jurídica para que tengan la consolidación y el desarrollo que necesitamos que tengan. Y tiene que ver con un estilo de gestión, que es que la Universidad está para ayudar a solucionar problemas de su medio social. Para que eso ocurra, está claro que hay que salir al territorio y escuchar a los actores. Y una vez que uno hace eso, además hay que integrarlo efectivamente en las distintas acciones que se llevan adelante. La reforma admite estas posibilidades de trabajo”.
En los últimos años el cursado virtual transformó la educación a nivel mundial, y hoy el Estatuto también responde a esa realidad. “Se les da ciudadanía universitaria a los estudiantes a distancia, aspecto que la Universidad no tenía y que a partir de la pandemia y el incremento de actividades de este tipo, pasa a ser un hecho significativo”. La tecnología también se involucra en otros aspectos de la vida universitaria como la transparencia: ”Se elimina el voto por correspondencia, un sistema que traía problemas todas las veces que había votaciones. Se le da la posibilidad al Consejo Superior para que reglamente el voto mediado por tecnologías, una suerte de voto electrónico que la Universidad tendrá que decidir en qué casos lo lleva adelante y en qué casos no, y de qué manera”, detalló.
Por otra parte, la perspectiva de género también estuvo presente en los debates e integra otro aspecto de la reforma. “En las distintas etapas de trabajo del proyecto se pusieron de relieve los números y cómo es la participación de mujeres y disidencias en la vida institucional de la Universidad. Hay una participación que viene claramente creciendo en los últimos años. En función de eso, el nuevo Estatuto contiene una indicación de la necesidad de reglamentar y asegurar su equilibrio en los Consejos Directivos y el Consejo Superior; a sabiendas de que es un primer paso y que probablemente entre nuevamente en debate y se decida, o no, seguir reflexionando sobre la necesidad de otras normativas adicionales”, explicó.
Mayor participación
En términos generales, el rector diferenció dos ejes de la reforma: “uno administrativo burocrático y otro político institucional. El primero tiene que ver con mejorar la calidad técnica legislativa, evitar disposiciones ambiguas, articular otras normas de igual jerarquía, o superior a nuestro Estatuto, como son los convenios colectivos de trabajo. En ese sentido, hay un tema que aparece como administrativo pero que políticamente es muy importante y que es que esta reforma nos permite poner plenamente en vigencia la carrera docente que establece el convenio colectivo de trabajo. Es un tema que venía siendo postergado y tiene que ver con reconocer los derechos de nuestros trabajadores”, afirmó.
En relación al eje político institucional, aseguró que “el norte es ampliación de derechos y tener una organización más horizontal. Al nivel de Consejo Superior, por primera vez cada una de las facultades va a tener efectivamente representatividad de estudiantes. Se amplía la cantidad de no docentes que participan, a partir de un esquema novedoso que es el establecimiento de jurisdicciones. Por otro lado, la participación docente reconoce ciudadanía a los auxiliares de 1ª, y en el Consejo Superior no solo van a participar profesores titulares sino que tienen la posibilidad de hacerlo adjuntos, JTP y auxiliares de 1ª”.
En línea con la idea de “una organización más horizontal”, también hizo referencia a los cambios en los Consejos Directivos. “Teníamos una universidad en la cual los docentes participaban en la cantidad de 9, siendo 6 titulares, 2 adjuntos y 1 JTP. La reforma pone prácticamente en igualdad de condiciones a los claustros, y participa ahora con 4 titulares, 3 adjuntos y 3 JTP y/o auxiliares. Cambia la duración de los mandatos, el de los estudiantes pasa a ser de 2 años en vez de uno, y el de graduados, de 4 en vez de 2, igual que el de los no docentes. Estamos convencidos de que esto nos da mayor calidad en la participación y mejora el debate en los órganos colegiados”, aseguró.
Trabajo cumplido y nuevos desafíos
Si bien Sabella aclaró que en el proceso democrático que llevó al nuevo Estatuto “el camino es largo de relatar”, eligió puntualizar en la etapa final, a la que también calificó como “inédita”. En ese marco, indicó: “Cuando entendimos que el proyecto estaba finalmente consensuado después de haber ido 3 o 4 veces a los Consejos Directivos, de haberlo puesto a disposición de los decanatos y los equipos de gestión, resolvimos hacer una reunión ampliada del Consejo Superior con 5 representantes de las facultades. Fue una suerte de pre asamblea, hicimos un taller de trabajo en el cual había 74 integrantes de la comunidad universitaria, donde se debatió durante 6 horas. Y eso hizo que el Consejo Superior aprobara por unanimidad el proyecto que llegó a este sábado. De los 111 artículos que tiene, solo fue necesario votar 3. Sobre los otros, por supuesto que hubo comentarios, consultas y aclaraciones. Pero se aprobó todo por consenso”.
Consultado por lo que sigue tras la aprobación del Estatuto, el rector respondió: “Mucho trabajo que tiene que ver con ordenar las normativas que la Universidad tiene en relación a las establecidas por el nuevo Estatuto. Trabajar para solucionar los problemas de nuestra región; seguir teniendo una Universidad que intente ayudar a la generación de empleo y al sector productivo para que sea más competitivo”.
El audio completo de la entrevista está disponible en este enlace.