Entre Ríos entre Arroyos es un modelo de ordenamiento y desarrollo territorial sustentable pensado en y para nuestra provincia. Surge del estudio de las normativas, la observación de la realidad y de instancias con participación ciudadana.
El proyecto es desarrollado por el Centro de Estudios Inmobiliarios de la provincia de Entre Ríos, organismo dirigido por María Paula Armándola, también a cargo del dictado de la Diplomatura en Ordenamiento y Desarrollo Territorial en la Facultad de Ciencias Agropecuarias. En diálogo con UNER Medios, Armándola se refirió a “la necesidad de satisfacer una demanda cada vez más fuerte por intervenir nuestro territorio en forma sustentable”.
Entre Ríos entre Arroyos plantea cuidar las ventajas competitivas que posee la provincia por naturaleza, es decir, el suelo y el agua. “Esta tarea es fundamental para el ordenamiento territorial” ya que dichos elementos “son los cimientos de toda actividad humana, económica, productiva, recreativa, entre otras. El territorio entrerriano es una matriz compleja, dinámica y única a nivel nacional”, explicó.
En relación a los objetivos que sostiene esta propuesta, la entrevistada detalló: “Establecer las microcuencas como unidades de planificación en territorio, recaudar información para la toma de decisiones estratégicas, por ejemplo de saneamiento e infraestructura, y por último establecer educación ambiental, transversal, e interdisciplinar en todos los niveles educativos y edades”.
Como antecedente, recordó: “En el 2017 se aprueba por unanimidad en la Cámara de Diputados de la provincia, el proyecto de ley 21.207 que presentamos oportunamente. Esto fortaleció al modelo ‘Entre Ríos entre Arroyos’ en la provincia, y se comenzó a generar una red de actores e instituciones que colaboraron en la continuidad de su difusión y construcción”.
Microcuencas como unidades de planificación
Sobre la temática, la docente explicó: “En las cuencas, la relación entre el agua y el suelo es muy estrecha e indivisible. En las microcuencas ocurren interacciones entre los aspectos sociales, económicos y ambientales. Los sociales están vinculados a los patrones de comportamiento en las poblaciones usuarias directas e indirectas de los recursos de la cuenca. Los aspectos económicos se encuentran relacionados a los bienes y servicios producidos en el área, y los ambientales están relacionados al impacto que se observa sobre los recursos naturales como resultado de la interacción con los dos aspectos anteriores. Por ello las microcuencas deberían ser consideradas las unidades de planificación de la actividad humana en Entre Ríos; de esta manera se incluiría un manejo integral de los recursos naturales, definiendo criterios de ocupación del territorio y uso del recurso hídrico disponible desde un enfoque social, económico, ordenado y transversal”, remarcó.
Respecto a la situación actual, indicó: “Las normas respecto al uso del suelo en la provincia se sustentan en un modelo de planificación que no reconoce la particular geografía de la provincia”. “Esto se puede observar a simple vista en los arroyos urbanos de diversas ciudades (Paraná, La Paz, Villaguay, Concordia, Concepción del Uruguay, Gualeguaychu, entre otras) que se han transformado en basurales o cloacas a cielo abierto. También en la aparición de islas habitacionales que nacen del cambio de uso de suelo rural a urbano y no generan ciudad, porque no tienen ni servicios ni equipamientos urbanos. Las islas habitacionales se pueden encontrar en la Ruta 11 entre Paraná y Diamante”, agregó.
Actualmente, otra situación que demuestra la falta de sustentabilidad en las normas “es la erosión hídrica que se ve influenciada por el uso y manejo del suelo. Estos son tan solo tres ejemplos de varios conflictos socio-territoriales que existen actualmente en la provincia por la falta de planificación territorial sustentable”.
Las microcuencas deberían ser consideradas las unidades de planificación de la actividad humana en Entre Ríos; de esta manera se incluiría un manejo integral de los recursos naturales, definiendo criterios de ocupación del territorio y uso del recurso hídrico disponible desde un enfoque social, económico, ordenado y transversal
En el mismo sentido, Armándola puntualizó en la necesidad de que “el entrerriano conozca su provincia para poder pensar las actividades económicas que puede generar en ella sin dañar el ambiente, ni la calidad de vida de sus habitantes. La educación ambiental territorial sustentable, junto con las modificaciones en la normativa son las herramientas del cambio, ya que si solo cambiamos las leyes se corre el riesgo de que no se cumplan, ni se hagan cumplir. Pero Entre Ríos entre Arroyos es mucho más que educación ambiental territorial y adaptación a la legislación. Es un cambio de paradigma hacia la sustentabilidad, donde ya tenemos los objetivos marcados en la Constitución de Entre Ríos, la Ley de Ambiente Nacional y los diecisiete objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU”, relató.
Finalmente la especialista enfatizó sobre “la necesidad de satisfacer una demanda cada vez más fuerte por intervenir nuestro territorio sustentablemente. Y la respuesta se ve reflejada en la Constitución Provincial más allá de que aún queda el desafío de adaptar el cuerpo normativo a la actualidad vigente”, concluyó.