El análisis de la distribución de enfermedades, sus causas y consecuencias en el espacio y el tiempo, es un aspecto fundamental para la epidemiología y por ende, para la salud pública. Problemas tales como patologías transmitidas por vectores y roedores asociadas con la transmisión hídrica, se vinculan con cambios de temperatura y alteraciones en el medio ambiente.
Emiliana Orcellet, Doctora en Ciencia y Tecnología Mención Química, licenciada en Salud Ambiental, docente e investigadora en la Facultad Ciencias de la Salud, dirigió el proyecto “Enfermedades de Transmisión Hídrica” el cual tuvo como objetivo la generación de nuevos conocimientos a través de la obtención de información empírica y datos confiables sobre la incidencia del cambio climático en la provincia de Entre Ríos y su impacto en la salud. También, la implementación de estrategias de empoderamiento en la población local que articule el conocimiento adquirido, la experiencia del equipo en capacitación docente y los aportes de la ciudadanía afectada.
“El relevamiento -detalló a UNER Medios la especialista– abarcó estudios efectuados en 39 años de datos climáticos comprendidos por el período 1979-2017, analizando en detalle las variaciones climáticas que se fueron produciendo a lo largo de esas décadas”. Los datos fueron “influenciados por fenómenos atmosféricos cíclicos tales como El Niño-Oscilación del Sur que provocan modificaciones meteorológicas extremas, perjudicando los patrones de temperatura del aire (°C) y precipitación pluviométrica (mm), así como también la asociación de doce años de datos epidemiológicos en enfermedades de vinculación hídrica, caso dengue y leptospirosis a la variabilidad climática. A su vez, se analizaron diez años (2005-2015) sobre casos de diarreas, dengue y leptospirosis. Los impactos directos e indirectos de mayor magnitud, sumados a los determinantes de salud tales como disponibilidad hídrica, distribución de alimentos, contaminación atmosférica, hacen más compleja la actual situación sanitaria en la región mesopotámica argentina. En particular, la que se refiere a enfermedades sensibles a patrones climáticos, sean estas endémicas, emergentes, re emergentes o nuevas, además de aquellos efectos directos sobre la morbilidad y mortalidad de la población desencadenados a partir de eventos extremos que materializan la vulnerabilidad existente en Entre Ríos, dañando de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables como niños pequeños, ancianos, enfermos, indigentes y poblaciones aisladas”.
Variables climáticas y epidemiología
Consultada sobre la importancia de instrumentar investigaciones en la provincia asociadas a estas enfermedades, la entrevistada calificó a nuestra región “como vulnerable, debido a su clima templado húmedo, caracterizado por la abundancia de precipitaciones. La existencia de una correlación positiva entre las variables climáticas y epidemiológicas analizadas sugiere el punto de partida para futuros estudios más profundos que involucren diversos factores de riesgo, los cuales permitirán definir diferentes escenarios y por tanto diversas estrategias de acción. Evaluar los efectos del cambio climático en la salud humana conlleva un proceso similar en todos los países y regiones, siendo necesario conocer más detalladamente cómo la variabilidad del clima y el cambio climático pueden afectar y afectan la salud humana, hoy y en el futuro, a fin de fundamentar mejor las políticas y programas que puedan proteger la salud pública”.
Sobre si el Dengue podría convertirse en endémico en Argentina, Orcellet detalló: “El avance del vector y la presencia del virus del Dengue en el territorio nacional, propicia las condiciones para que la enfermedad se vuelva endémica en varias regiones del país. Actualmente la labor desempeñada corresponde a la identificación, aislamiento y seguimiento de los casos de forma tal de interrumpir la cadena de transmisión. Sin embargo -aclaró-, es muy importante reforzar las medidas preventivas en las épocas críticas”.
Bajante del río
En relación a la histórica bajante que sufre actualmente el río Paraná y sus consecuencias en la salud, la especialista comentó: “En situaciones de estiaje, sobre todo estival, generalmente aumenta la incidencia de síntomas asociados a enfermedades del aparato digestivo como las diarreas, especialmente en grupos poblacionales vulnerables como los niños. Esto se debe al bajo caudal del curso de agua, lo que ocasiona una menor dilución de los efluentes vertidos y por ende, una mayor concentración de microorganismos patógenos. Asociado al cambio climático y los eventos extremos, cada vez son más frecuentes e intensos, por lo que la bajante extraordinaria de los ríos puede vincularse indirectamente a este fenómeno debido a que hay grandes regiones con déficit de precipitaciones”.
Acerca de la instrumentación de políticas y programas para reducir los riesgos actuales y futuros del cambio climático para la salud, la investigadora detalló que “el informe sobre el estudio concluido fue remitido a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, la cual financió el mismo conjuntamente con la UNER y se encuentra a disposición de los interesados en continuar con dicha línea de trabajo. Actualmente -señaló-, en el marco del grupo I+D+i (investigación, desarrollo e innovación) “Salud y Ambiente” perteneciente a nuestra Facultad, nos encontramos trabajando en un proyecto sobre enfermedad de Leishmaniasis y Leptospirosis, las cuales, al igual que el Dengue, son enfermedades zoonóticas, donde las variables meteorológicas y ambientales actúan como factores determinantes para la ocurrencia de casos”.
Datos e información necesaria
En referencia a la falta de datos, estadísticas, e información detallada sobre el abordaje de problemáticas en materia de salud, Orcellet compartió su mirada al señalar que “es una realidad nacional y provincial, una grave falencia en el registro y sistematización de los datos epidemiológicos, lo cual imposibilita tener un sistema de vigilancia dinámico y efectivo para abordar las dificultades relacionadas al ambiente y la salud. Por ello consideramos los resultados de esta investigación útiles para los organismos oficiales, delimitando estrategias que amortigüen las consecuencias del cambio climático sobre los habitantes de la provincia”.
Finalmente y en relación a las acciones que lleva a cabo Argentina sobre la crisis del cambio climático, la investigadora explicó que “en nuestro territorio existe un plan nacional de adaptación al cambio climático, y se han emprendido varias propuestas orientadas a atender el flagelo. En la provincia por ejemplo, se está ejecutando el proyecto denominado Adaptación al Cambio Climático en ciudades y ecosistemas vulnerables del Río Uruguay, iniciativa Binacional entre Argentina y Uruguay”, concluyó.