A nuestra provincia su nombre la describe. Los entrerrianos estamos atravesados por la cultura costera, de la pesca, del mate sobre alguna orilla, de entretenernos y refrescarnos en el río o sus afluentes. En el Día Mundial del Agua, y a través del programa UNER Saludable, destacamos un proyecto PID-NOVEL de la Facultad de Ciencias de la Salud, que trabaja en arroyos de Concepción del Uruguay para conocer el estado de este recurso tan valioso.
Marianela Rodríguez es docente de nuestra Universidad e integra este equipo de investigación, conformado por dos docentes, dos becarios y dos estudiantes que realizan sus prácticas. “Estamos investigando cuatro arroyos de Concepción del Uruguay, dos que se señalan en buen estado, Molino y Tala, y dos periurbanos considerados con impacto, el Arroyo de la China y El Curro”, detalló en diálogo con UNER Medios. Rodríguez es doctora en Ciencias Naturales, título que obtuvo en 2020 con una tesis basada en macroinvertebrados de arroyos de Buenos Aires. “Quise volver y empezar un proyecto en Entre Ríos porque es una provincia con una inmensa red hidrográfica. Hay mucha información acerca de la Cuenca del Paraná, pero sobre la del Uruguay existen escasos conocimientos y desarrollo de investigaciones”, comentó.
El proyecto se titula Estudio de la calidad ecológica de arroyos urbanos a través de índices biológicos y características hidrogeomorfológicas del cauce en el Departamento de Uruguay, Entre Ríos. Tal como señaló la investigadora, los interrogantes giran en torno a “¿qué está ocurriendo acá?, ¿cómo están nuestros arroyos?, ¿cuál es su estado ecosistémico?, ¿cómo es un ‘arroyo normal’ en esta zona? Preguntas que si se leen de manera aislada son sólo descriptivas, pero dejan de serlo si las pensamos como sitios dinámicos que pasan por desbordes fluviales, sequías, floraciones algales, y están en estrecho contacto con las personas. Saber de ellos nos permite conocer cómo están y estarán quienes viven en su cercanía, con la posibilidad de hacer prevención y promoción de la salud. Todas las carreras de la Facultad de Ciencias de la Salud cuentan con una orientación familiar, comunitaria y ambiental”.
Acerca del objeto de los muestreos, sostuvo que “en tres puntos de cada uno de los arroyos tomamos datos fisicoquímicos e hidro-geomorfológicos y realizamos índices biológicos de macroinvertebrados, análisis bacteriológicos (coliformes totales y fecales) y de clorofila-a”. Los macroinvertebrados que se investigan son, por ejemplo, “larvas de mosquito, cucarachas de agua, hemípteros que son los que vemos en las piscinas. Y la presencia o ausencia de estos organismos nos va a informar cuál es la salud ecosistémica de ese ambiente”, profundizó. Se utilizan parámetros físicoquímicos, oxígeno disuelto y nutrientes, todos los que pertenecen al ciclo del nitrógeno: nitrito, nitrato y amonio, considerados básicos para los organismos que habitan en los arroyos.
A la investigación se sumó el muestreo de seis arroyos más, con la misma metodología, en un trabajo articulado con la Municipalidad de Concepción del Uruguay y el INTI. “Esto hace un total de 30 sitios muestreados, distribuidos en cinco cuencas con distintos usos del suelo; urbanas, periurbanas, industriales, agroganaderas y de referencia”, indicó la docente.
Primeros resultados
Los datos están siendo procesados y esta etapa finalizará a fines de abril, informó Rodríguez. No obstante, adelantó que “en principio se pueden diferenciar fácilmente los arroyos periurbanos de los sitios de referencia, ya que los últimos cuentan con los mayores índices taxonómicos y de calidad ambiental. A través de la medición de clorofila-a, los sitios de referencia van desde ultraoligotróficos (arroyos con escasa presencia de nutrientes y, consecuentemente, escasez o ausencia de algas) hasta mesotróficos (arroyos con niveles moderados de nutrientes). En tanto que los sitios con uso del suelo periurbano variaron según el punto de muestreo, desde ultraoligotrófico hasta hipereutrófico (arroyos ricos en nutrientes, visualmente con aguas de color verde producto de la proliferación de algas)”.
Todas las personas que estaban cerca de estos cuerpos de agua tenían una historia, algo para contar, cómo eran antes, cómo están ahora. En nuestra cultura está el cariño hacia los arroyos, hacia el río.
Entre las conclusiones, “se puede indicar que hay sitios que podrían ser restaurados o comenzar con acciones puntuales y relativamente sencillas para su mejora. Algunos necesitan de modificación ambiental para su recuperación, y otros se destacan por sus muy buenas condiciones ecosistémicas, mientras se procure la protección para la flora y fauna de nuestros arroyos y de la zona de influencia de la cuenca”, agregó.
Se trata de un estudio inédito en la zona, del cual se espera que aporte en gran medida al cuidado del recurso hídrico y su ecosistema. “La idea principal es hacer una línea base para pensar en un monitoreo de los cuerpos de agua a futuro, y ver cómo evolucionan, qué se puede hacer, cuáles se deberían cuidar, a qué otros hay que prestar atención, qué actividades de remediación sencillas pueden cambiar esa salud ecosistémica y tornarla mejor para las personas que van a visitarlo”.
Conocer nuestros recursos para saber cuidarlos
Cuando su equipo realizaba el trabajo en territorio, un dato llamó la atención de la docente: “todas las personas que estaban cerca de estos cuerpos de agua tenían una historia, algo para contar, cómo eran antes, cómo están ahora. En nuestra cultura está el cariño hacia los arroyos, hacia el río. Entonces creo que esto es el inicio de futuras líneas, hoy vamos paso a paso”, afirmó.
“El sistema de proyectos de la UNER brinda la posibilidad de realizar investigaciones que aporten a la producción de conocimiento, al desarrollo tecnológico y a la formación de recursos humanos. Tener una noción de cómo cada estrato social y cada parte de la naturaleza se entrelazan nos permitirá estar más preparados para enfrentar situaciones o problemáticas ambientales, que de otra manera serían muy difíciles de abordar. Conocer nuestro ambiente y la importancia en la conservación de nuestros recursos naturales nos permite quererlos y, consecuentemente, cuidarlos y protegerlos”, concluyó.