El auditor de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), Juan Ramón Kamlofsky, completó el posgrado en Auditoría Interna Gubernamental en la UNLP, reforzando el compromiso de la institución con la transparencia y la mejora continua en un contexto de creciente exigencia social. Su experiencia subraya el rol clave de la auditoría para garantizar la eficiencia y la legalidad en los procesos universitarios.
En el marco de su compromiso con la formación continua y el fortalecimiento de las capacidades institucionales, la Universidad Nacional de Entre Ríos acompaña activamente el desarrollo profesional de sus equipos de auditoría. En esta línea, Juan Ramón Kamlofsky —auditor titular de la institución desde 2018— recibió su título de Especialización en Auditoría Interna Gubernamental, emitido por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
El posgrado, fruto de un convenio entre la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) y la UNLP, surgió como una oportunidad de formación altamente específica. Kamlofsky destacó la relevancia de esta capacitación, que originalmente iba a ser presencial, pero que cambió a modalidad semipresencial, haciendo posible su participación. “Vimos esa posibilidad, lo hablamos oportunamente con nuestro rector y de ahí en adelante tuvimos ese apoyo para iniciar los trámites de inscripción y cumplimentar todos los requisitos, incluido un aval de la Universidad”, contó.
Un detalle significativo es que los únicos auditores de universidades nacionales que participaron en esta cohorte del posgrado fueron dos de la UNER, tanto en la versión que cursó Kamlofsky como en la presencial anterior.
El desafío de la Auditoría en la Gestión Pública
La experiencia académica y el recorrido profesional de Kamlofsky permiten comprender de cerca cómo se construye una auditoría rigurosa, íntegra y orientada al mejoramiento de la gestión pública. El auditor destacó que la especialización ha sido “muy positiva”, permitiendo extraer no solo conocimiento, sino también metodologías de trabajo y una vinculación con auditores de otros organismos que sirve como consulta permanente.
Al ser consultado sobre el principal desafío que enfrenta un auditor en la gestión pública, Kamlofsky enfatizó el cumplimiento de la función esencial de la auditoría: dar fe del buen funcionamiento de la universidad. “Damos fe, en principio, a las autoridades de cada organismo, en nuestro caso a las autoridades superiores de la Universidad”, precisó. Y añadió: “Damos fe a los terceros usuarios [alumnos, docentes y público en general] de que todos los procesos de la Universidad se desarrollan de la manera que corresponde, de acuerdo a la legislación que lo prevé”.
El objetivo final es asegurar que los procesos se desarrollen “eficaz y eficientemente”. Este desafío se ha complejizado en los últimos años debido a la informatización de la actividad y el desarrollo de tareas de manera virtual.

El proceso: Rigor, Norma y Seguimiento
Kamlofsky explicó que el trabajo de auditoría en la UNER comienza con la elaboración de un plan anual donde se definen las auditorías a realizar (por ejemplo, auditoría de cierre de ejercicio, de gestión de diplomas, de administración de activos o de liquidación de recursos humanos).
Durante la realización de cada auditoría, el equipo de la UNER se enfoca en controlar tres aspectos fundamentales:
-El objetivo cumplido: Si la unidad de gestión logró el propósito del procedimiento (misión de diplomas, liquidación, etc.).
-La norma cumplida: Si se respetó la legislación legal correspondiente.
-El informe correspondiente: Si la documentación requerida para la legalización o gestión fue elaborada correctamente.
Este proceso, que se denomina control interno, busca verificar la eficiencia y la eficacia del procedimiento. Si se detecta algún desvío, la auditoría emite un informe, ofrece una opinión sobre cómo corregirlo y establece un seguimiento. “Nos ponemos de acuerdo con la facultad o con la unidad de gestión que corresponda, que hay que corregir tal problema y en abril del año que viene, le mandamos una nota y le preguntamos si se llevó adelante la acción correctiva”, comentó.
La UNER, al apoyar la formación especializada de su auditor como Kamlofsky, reafirma su compromiso institucional con la integridad y la mejora de la gestión pública, asegurando que los recursos y procesos se utilicen de forma transparente y conforme a la normativa, especialmente en el ámbito de las universidades nacionales.

