En Cara y Ceca, Pedro Benítez, del merendero “Por una Sonrisa” de Paraná, dialogó con Juan Pablo Arias sobre la delicada situación que atraviesan estas entidades debido al recorte de módulos alimentarios a nivel nacional. A la par, la demanda ha crecido exponencialmente. “En diciembre venían unas 80 personas, ahora son unas 200. Muchos se han quedado sin trabajo y ahora asisten al comedor. Para comprar alimentos tenemos un fondo común, con un aporte voluntario. Además, buscamos donaciones, recibimos un refuerzo del municipio y colaboraciones de los vecinos”, resaltó Benítez. “Un niño con hambre no puede pensar, no puede educarse. Por eso venimos sosteniendo hace siete años el comedor, aunque este último tiempo ha sido muy difícil. Hay días que no sabemos cómo llenar la olla. Nos rebuscamos como podemos”, apuntó luego el dirigente social. Sobre el recorte de fondos nacionales, subrayó: “Llegaban módulos, pero se cortaron en octubre. Se había hecho un acuerdo para que lleguen alimentos en diciembre, pero eso no se cumplió”.