Estudiantes de la Facultad de Bromatología de UNER desarrollaron una actividad educativa, con el fin de compartir saberes sobre la identificación botánica de plantas para el consumo medicinal con escuelas secundarias. La experiencia se presentó en eventos académicos nacionales e internacionales.
El Boldo de Raúl es la experiencia que diseñaron cinco estudiantes de la carrera Farmacia. “Ayuda a evitar riesgos de intoxicación o posibles adulteraciones por parte de los comerciantes”, comentó Julián Izaguirre en diálogo con UNER Medios. También agregó que “podría aportar las herramientas necesarias para poder realizar un correcto uso de estas drogas vegetales”.
Izaguirre es alumno avanzado, ayudante de Química Orgánica I y II, y Secretario Académico de la Asociación de estudiantes de Farmacia de la República Argentina (AEFRA) regional de Entre Ríos. Junto a Agustina Melchiori, Anabella Banchig, Ezequiel Roldan y Clemente Ruiz Sensever, crearon la iniciativa en el marco de la cátedra Farmacobotánica, que está a cargo de las docentes María Elisa Fait y Lucía Salese.
La idea nació a partir de una experiencia que vivió el grupo en su práctica de laboratorio. “Un día, una compañera llegó con un supuesto Boldo que le dió su vecino, llamado Raúl”, relató el entrevistado. La clase realizó estudios anatómicos e histológicos a la planta: “luego de comparar con la descripción de la Farmacopea argentina, donde se esquematizan las características diagnósticas de la especie, nos dimos cuenta de que no se trataba de la droga oficial sino de una especie a la cual se le atribuye una supuesta toxicidad”, explicó.
El equipo elaboró la propuesta didáctica que recrea la anécdota para socializarla en la Feria Viví la UNER 2022, que tuvo lugar en Gualeguaychú. El propósito, que aún se sostiene, es “demostrar de una manera interactiva las actividades que se realizan dentro de la cátedra a alumnos de los últimos años de las escuelas secundarias”, detalló Izaguirre.
Mediante una actuación se explicitaba la importancia de conocer las características anatómicas de las plantas medicinales. “Analizábamos una de boldo y sembrábamos dudas, preguntábamos si se trataba de la droga oficial o si era otro tipo”, detalló el estudiante. A partir de allí, se explicaba que “por lo general las plantas tienen una nomenclatura vulgar, pero con su nombre científico -que es como el nombre y apellido- podemos llamarlas de forma más adecuada para evitar estas equivocaciones”.
Izaguirre enfatizó en que “se puede desconocer la peligrosidad de las plantas de uso cotidiano”. Al respecto, mencionó que es necesario saber si pueden mezclarse con otros medicamentos, o si generan un efecto no deseado en personas ancianas, infantes o con patologías. “En Farmacia se estudian muy rigurosamente las plantas medicinales, para evitar todos estos riesgos. Que algo sea natural no significa que sea inocuo. Si bien viene de la naturaleza, se pueden correr ciertos riesgos porque una planta medicinal debe ser tratada como medicamento”, sostuvo.
El Boldo de Raúl fue presentado en el XVII Simposio Latinoamericano de Farmacobotánica, el XIII Simposio Argentino y las II Jornadas de Enseñanza de la Farmacobotánica, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La participación, con desarrollo de un resumen y póster, se realizó de manera virtual.