En A Tres Bandas, el investigador de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, Martín Novoa, brindó detalles del trabajo en conjunto con la Dirección Nacional de Administración de Parques Nacionales.
“Se trata de un mega proyecto ideado por el Licenciado Bauer, de la Dirección Nacional de Conservación de Parques Nacionales, que analizará el estado de ecosistemas acuáticos en áreas naturales protegidas”, explicó el biólogo Novoa. Luego continuó: “Al comenzar, nos fuimos poniendo en contacto con varios investigadores, y por mi cercanía y mis líneas de investigación se eligió empezar por el Parque Nacional El Palmar”. La idea es realizar el estudio en todos los Parque Nacionales posibles, para conocer la calidad del agua en base a diferentes indicadores: físicos, químicos y biológicos.
El proyecto cuenta con diferentes grupos de investigadores que explorarán, cada uno, determinados organismos que sirven para determinar la calidad del agua. En el caso de Novoa, expuso que “estoy formando parte del Comité Científico para determinar la calidad del agua en base a microbiales. También hay profesionales de La Plata y de la UBA, que estudiarán macroinvertebrados y que van a realizar el estudio hidrogeológico, es decir, el análisis de los nutrientes y del impacto de los envases que interrumpen en el paso del agua”.
Otros parámetros
El investigador informó que también se indagarán otros parámetros por parte de la UNER a modo de servicios. “La Facultad tiene un amplio equipamiento, capacidad tecnológica y humana para estudiar estos indicadores en el agua. La idea es tener un panorama general de cómo está este cuerpo de agua y determinar los focos puntuales de contaminación”. Asimismo explicó que los arroyos que desembocan al río Uruguay ya entran al Palmar, y por eso pueden venir con una carga de contaminación. En ese caso, los Parques Nacionales, tienen la potestad de poder controlar los puntos de contaminación identificados y frenarlos.
Proyecto en marcha
El estudio, que iniciará en El Palmar, servirá para establecer los controles pertinentes y transportar ese monitoreo a otros Parques Nacionales. En cuanto a su avance, ya realizaron un reconocimiento visual de los arroyos que están dentro del espacio y de los diferentes sitios de muestreo, ya que los sustratos varían en todo el Parque. En su caso, Novoa estudia un grupo de bioindicadores: diatomeas, que son microalgas. En ese sentido explicó: “Tomo muestras de sedimento y del barro, siempre y cuando le dé la luz del sol. Luego las analizo y, en base a un software y a microscopios, que es mi herramienta fundamental, puedo arribar a conclusiones de cómo está el agua”.
Asimismo, Novoa habló sobre los sustratos artificiales, que es una novedad: “Se trata de ladrillos que se colocan en una boya en distintos sitios de los arroyos. A cada uno se le pone un pedacito de vidrio esmerilado del tamaño de un portaobjeto de microscopio, y a eso se lo deja colonizando dos meses debajo del agua, a la luz del sol. Luego se planta, se cosecha y se raspan los vidrios. Al estudiarlos, se pueden comparar los diferentes sitios dentro de los distintos arroyos, porque las algas se adhieren ahí”.
Un trabajo similar se hace con los macroinvertebrados: “Se hace una trampa con rocas que van dentro de una bolsa de red, al sacarla se analizan los macroinvertebrados que se han generado, los bichitos. Hay muchos índices matemáticos que se aplican para inferir la calidad del agua, y mientras tanto también se toman muestras de agua para estudiar nutrientes y analizar distintas variables, como el pH y la conductividad. De esa manera, se puede tener un panorama integral de cómo está el estatus ecológico de ese cuerpo de agua”, informó.
La continuidad de la investigación en materia de contaminación
Hacia el final, el investigador explicó que la UNER ya ha llevado adelante diferentes proyectos que van en esta misma línea. En el río Uruguay, por ejemplo, desarrollaron dos investigaciones a partir de microorganismos para indicar los sitios de contaminación más complicados. También realizaron un estudio cerca de la zona de Concordia. “La idea es continuar con estos monitoreos y vincular a otras universidades del país para seguir detectando y estudiando la calidad de las masas de agua que nos rodean y atraviesan”, manifestó Novoa.