En el marco de la Semana de la Ciencia, la Innovación y la Tecnología, la investigadora dialogó sobre uno de los proyectos con los que el INES CONICET-UNER interactuó con estudiantes de escuelas secundarias.
Andrea Guisen es Doctora en Ciencias Informáticas y se desempeña como investigadora en el Instituto de Estudios Sociales INES CONICET-UNER. Allí dirige el proyecto ENTTER. Punto tecnológico para la accesibilidad de personas con síndrome de Rett y otras condiciones neurológicas. El propósito es desarrollar estrategias de accesibilidad comunicacional para la participación social (educativa, laboral, en las actividades de la vida diaria) de personas con dificultades motrices y en el habla, aprovechando el potencial de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. En diálogo con UNER Medios, profundizó sobre este trabajo.
El proyecto, que se desarrolla bajo la línea de investigación TIC, Conocimiento y Cultura para la Inclusión Social, fue seleccionado en la convocatoria a Proyectos Especiales de Innovación Social (PEIS) 2023 del MINCyT. “Hicimos primero un núcleo asociativo con la Fundación Síndrome de Rett, que es nuestra contraparte. Pero también invitamos a otras instituciones cuyos profesionales sabíamos que podían aportar a este proyecto. En el equipo somos entre 20 y 25 personas. Y tenemos 6 subequipos; el de comunicación, el técnico, el terapéutico, el de formación de recursos humanos, el académico, donde somos todos personal de CONICET; y el de dirección y gestión del financiamiento. Estamos abordando una problemática que es transdisciplinar, y no hay forma de abordarla si no es con un equipo interdisciplinario. Si no reconocemos esto, lo que hacemos es desintegrar la realidad”, definió Guisen.
El equipo actualmente trabaja a partir de experiencias de personas de entre 2 y 33 años. “Es importante estar en contacto con la gente y llevar adelante un proceso de investigación aplicada con técnicas de experimentación. Cada persona tiene diferentes posibilidades y limitaciones, y cada una es en su singularidad. En el proyecto trabajamos en fases, vamos y volvemos, no es algo ni secuencial ni taxativo, y no se puede repetir de una persona a la otra. Por eso hablamos de un modelo que nos guíe, pero que no nos estatice en un procedimiento rígido”, explicó.
Luego, Guisen enumeró dichas fases. “La primera es la evaluación de accesibilidad. Evaluamos las condiciones de la persona, cuáles son sus características, sus gustos, sus necesidades, dónde vive, con quién se relaciona, cuáles son las tareas que realiza, cuáles son las dificultades que encuentra de accesibilidad en esas tareas y en qué contextos las realiza. Una vez que pudimos entender esto, podemos plantear los objetivos de la estrategia”.
En la segunda fase, “podemos pensar cuáles son las tecnologías que podrían extender o compensar las competencias de esta persona, para que pueda realizar las tareas que precisa de una manera gratificante. Por eso siempre hablamos de derechos: al trabajo, a la educación, a votar, a estar en espacios públicos y disfrutar del juego, esto sobre todo en los niños, porque es un modo de aprender y crecer”.
La tercera fase implica “que la persona no quede dependiendo de nosotros como proyecto, sino enseñarle a ella, a su contexto, a sus docentes, a sus terapeutas, a su familia, a todo su grupo de apoyo, a poder configurar estas tecnologías, ir actualizándose para acompañar al usuario en su desarrollo”. En tanto, la cuarta fase “es de seguimiento y actualización. Tenemos que volver a pensar las características de las personas, cuál es la dificultad de accesibilidad, cuáles son las tecnologías y volver a enseñar el uso para la apropiación subjetiva de esas tecnologías”, añadió.
En relación a la tarea de las y los investigadores, sostuvo: “Trabajamos en terreno con otras personas, para solucionar problemas concretos que por alguna razón no se están pudiendo solucionar en el ámbito productivo. Por eso necesitamos de la investigación para ahondar un poco más. Viajamos a distintos lugares; a hospitales, a escuelas, a domicilios, de una provincia a la otra, para poder trabajar con diferentes personas. Somos flexibles, trabajamos de manera presencial y a veces también remota, con instancias online. Trabajamos con el grupo de apoyo de esa persona, trabajamos de manera federal y trabajamos por y para los derechos de las personas con discapacidad. La accesibilidad es una llave para el ejercicio del derecho a la educación, al trabajo, del derecho ciudadano. No es ni un favor, ni un privilegio”.
Semana de la Ciencia y puertas abiertas a las escuelas
Durante la jornada del 29 de octubre, ENTTER fue uno de los proyectos con los que estudiantes de escuelas secundarias interactuaron y descubrieron el hacer científico, en la sede del INES. Se trató del taller Tecnologías para la accesibilidad comunicacional de personas con discapacidad. “Fue súper lindo, porque los introdujimos en la cocina del proyecto. Creo que los chicos entienden y saben un montón, aunque a veces no poda mos reconocer esos conocimientos bajo una lupa académica. Trabajamos en diferentes estaciones, una en software para el entrenamiento del seguimiento ocular, otra en comunicación aumentativa, otra en ergonomía, y otro con ingreso a la computadora por voz, otra trabajó con teclados, mini teclados, extra large, teclados adaptados y de colores diferentes”, detalló la directora del proyecto.
“Creo que en este taller los chicos pudieron entender que ENTTER es esto, es entrar. No se puede hacer entrar al otro, tiene que hacerlo porque está decidido, porque lo desea, porque quiere estar ahí, y quiere participar. Uno es solo un puente, una herrami enta y eso somos los investigadores del CONICET. Para que el otro quiera participar tiene que haber amor, empatía sobre quién es el otro, por qué está deseando eso y cuán importante es dejar de sentirse afuera, para poder estar adentro con los demás, a su forma”, reflexionó.
Por último, valoró que “lo que trabajamos con los chicos es que todos estamos adentro, de diferentes formas. Pudieron reconocer esa diversidad entre ellos mismos. Por eso a algunos les resultó fácil utilizar los ojos con el seguimiento ocular, y a otros muy difícil. Algunos entendemos mejor escuchando, otros leyendo, y otros con las imágenes, esto pasa todo el tiempo. Nunca la parte tecnológica puede estar escindida de la subjetiva, no es uno o lo otro, es uno y lo otro”.