La Facultad de Ciencias Agropecuarias firmó un convenio con la provincia para obtener fondos que le permitan fortalecer la actividad porcina. Dicho aporte permitirá instalar galpones con el sistema de cama profunda, que posee importantes ventajas respecto al costo, el cuidado del medio ambiente y el bienestar animal.

El ing. Cesar Martins Mogo, a cargo de la secretaría técnica de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, explicó los alcances del acuerdo firmado la semana pasada, en una entrevista realizada en el programa A Tres Bandas.

Concretamente, la Secretaría de Agricultura y Ganadería de la provincia entregó un aporte por un total de $ 745.801,65 destinado al proyecto de la UNER denominado “Implementación del Sistema de Cama Profunda para Cerdos”. El mismo consiste en crear una unidad experimental que sirva para identificar y resolver problemas y oportunidades surgidas en los aspectos de manejo, nutricionales y ambientales vinculados a la actividad porcina.

“Actualmente contamos con 3 cerdas madres, que estaban en confinamiento -en jaulas-, como se produce mayormente en la actualidad el cerdo. Pero queríamos empezar a producir bajo el formato de cama profunda, que es un sistema donde el animal tiene mayor bienestar y una mejora también productiva”, comentó el ingeniero. 

Para eso “necesitábamos contar con esa estructura de galpones, que se llama cama profunda porque es un piso de tierra con residuos de cosecha (paja de trigo, de maíz, etc.). Ese material seco y absorbente toma los residuos de la producción porcina, ya sea orina o heces; de esa manera el cerdo tiene libertad de movimiento, puede estar en una situación más confortable y con menos estrés, lo que se traduce en mejores índices productivos”, agregó. 

Para poder avanzar en este tema comentaron la propuesta “a la Dirección de producción animal del gobierno de Entre Ríos, que fue muy receptiva y generamos un convenio para solicitar fondos para comprar esas estructuras. El gobierno, después de los trámites correspondientes, nos otorgó ese monto y esta semana estaremos abriendo una licitación para la compra de los galpones”, detalló Martins Mogo.  

Con los fondos se van a instalar dos galpones: “Uno va a ser situado en Oro Verde, donde las cerdas madres van a tener la fase de gestación, que son 114 días y la etapa donde la cerda tiene los lechones y los amamanta va a estar en una celda de maternidad”. A su vez, “con esos lechones que se destetan a los 28 días vamos a hacer la recría y terminación de los cerdos para llevarlos a capones de 110 kilos en otro galpón que vamos a situar en el campo experimental Ramon Roldán, que tiene la Facultad en Colonia Ensayo”, especificó.

“Serán galpones experimentales, chicos, la idea es tener no más de 3 o 4 cerdas madres y en el campo Ramon Roldán tener la recría y la finalización de la progenia de esas cerdas”, añadió. 

Sistema de cama profunda 

Se trata de un sistema de producción que “no está muy difundido en Entre Ríos todavía, pero hay algunos que ya los han adoptado en forma exitosa. Es accesible para el pequeño y mediano productor, mucho más que los sistemas intensivos de galpones con fosas y con mayor tecnología”, aseguró el experto. 

Y continuó: “Se hacen con caños doblados en forma parabólica, que se van uniendo entre sí con tornillos y sobre estos se pone una lona plástica bien tirante; los dos frentes son abiertos y se direccionan según los vientos dominantes en la región. Tiene la proyección del techo arriba de los arcos parabólicos con lona plástica y en el suelo tienen un material absorbente donde se van juntando los residuos del cerdo”. 

“Se tiene la idea que el cerdo es un animal sucio pero por el contrario, cuando uno le da espacio y confort, el animal hace todas sus necesidades en una esquina y el resto lo dejan para tenerlo con paja seca y limpia donde ellos descansan, osan y pasan su vida en forma tranquila y con mayor bienestar”, desmitificó el ingeniero. 

Respecto al medio ambiente, indicó: “Este sistema tiene una huella hídrica muy baja; así se le llama a la cantidad de agua que un sistema productivo necesita para generar un kilo de producto. Los galpones intensivos convencionales son lavados diariamente con agua a presión, tienen fosas de agua abajo que capturan todos los residuos y van a piletas grandes de decantación que después se utiliza como fertilizante. Este sistema, al tener un material absorbente, nos permite capturar todo eso, hacer un compostaje con ese residuo y después usarlo para la fertilización de nuestro sector hortícola o agrícola en la Facultad”. Además “reduce bastante el olor”, resaltó.  

Finalmente, indicó: “Hay empresas que se dedican a hacer estas estructuras, te venden los galpones y lo arma cada productor en su campo. El sector privado que hace estos galpones está muy interesado en la investigación que hacemos desde la Universidad porque a ellos les sirve como un sustento científico; los animales uno ve que están mejor pero tiene que demostrarlo y darle valores a eso que uno percibe”. 

Formación de los estudiantes 

Dentro de la carrera Ingeniería Agronómica “hay una materia de producción porcina y, a su vez, hay un módulo que está compuesto por alumnos de la Facultad y también pueden participar de otras unidades académicas, donde desarrollan prácticas en la actividad porcina”, contó.   

“Tratamos de atender haciendo, que los estudiantes pueden visualizar en vivo cómo es la actividad, cuáles son las dificultades con las que se van a encontrar porque después, cuando salgan a la profesión, es mucho más fácil la inserción laboral de esos profesionales cuando vivieron el tema el carne propia”, reflexionó. 

Y aclaró: “Los módulos didácticos productivos son extracurriculares, no es una materia, sino que los alumnos y alumnas se acercan si se sienten identificados con ese sistema de producción, con esa actividad en particular. Desde primer año pueden participar de esos módulos, no teniendo que esperar a llegar a la materia de producción porcina”. 

Audio de la entrevista completa