A partir del diagnóstico y tratamiento de dos casos en cachorros de Gualeguaychú, publicaron su informe en la Revista Ciencia Veterinaria, con indexación a nivel mundial.

Juan Manuel Guevara y Gastón Finucci Curi son médicos veterinarios y docentes en dicha carrera de la Facultad de Bromatología UNER, en las cátedras Medicina Interna y Prácticas Hospitalarias, y Toxicología, respectivamente. Junto a su colega Silvina Sixto, recientemente publicaron en la Revista Ciencia Veterinaria el estudio Intoxicación con plomo en dos caninos. Confirmación bioquímica, tratamiento específico y repaso de las alteraciones orgánicas más comúnmente reportadas en Medicina Veterinaria. UNER Medios contactó a Guevara para dialogar sobre la especificidad del diagnóstico y el aporte de este informe al desarrollo de la profesión. 

El estudio publicado detalla los casos de dos cachorras: Mamba y Loba, hembras mestizas de 2 meses y medio de edad, nacidas en una fábrica de baterías ubicada en Larroque. “El interés sobre estos dos casos es que es una intoxicación sumamente rara de ver en los tiempos actuales. Antes era mucho más frecuente por la presencia de plomo en cañerías en el hogar o pinturas a base de plomo, por ejemplo, y tanto los animales de compañía como los humanos estaban más expuestos a su intoxicación. Lo más interesante es que estos dos caninos desarrollaron absolutamente todos los signos clínicos que son descritos en la literatura”, explicó Guevara. Además, añadió, resultaba pertinente “recordar que a pesar de su baja frecuencia si los signos clínicos y la anamnesis coinciden, debemos sospechar esta intoxicación, ya que hay un tratamiento específico como antídoto para administrar”.

Este tipo de intoxicación, detalló, “es una entidad que se puede diagnosticar dosando en sangre el nivel de plomo y que podemos tratar con una droga específica. Además de todo el tratamiento sostén, ya que hace mucho daño en el organismo”. Es por ello que la recuperación de Mamba y Loba implicó, por ejemplo, la alimentación en posición vertical.

“Los caninos afectados tienen múltiples alteraciones. Desde afecciones neurológicas por neurotoxicidad del plomo hasta convulsiones que pueden terminar con la vida del paciente. Afecciones gastrointestinales con vómitos y diarreas, dolor abdominal por cólicos. Afecciones en la inervación de laringe y esófago, produciendo parálisis laríngea y megaesofago respectivamente; afecciones hematológicas que generan destrucción de glóbulos rojos, por nombrar los más significativos”, desarrolló el médico veterinario.

Radiografía: dilatación anormal del esófago (megaesófago)

La exposición al plomo puede darse actualmente “en baterías, en fábricas que lo utilicen para algún proceso químico particular, cañerías viejas que no hayan sido cambiadas en los hogares, artesanías y cerámicas, plomadas de pesca y perdigones, estos últimos con menos chances de generar cuadro de intoxicación”, informó.

Una vez superada la etapa más crítica de las cachorras, se solicitó a sus tutores que las trasladen a otro lugar de residencia para evitar que continúe la exposición al plomo. Según reporta el informe, si bien continúan dependiendo de la alimentación en forma vertical y de una dieta específica, “hasta el día de la fecha ambas pacientes tienen una vida casi normal”.

Por último, el docente de la UNER reflexionó: “La información que damos a conocer mediante este tipo de materiales es muy valiosa para el resto de los y las colegas, es un incentivo para las generaciones futuras y eleva el nivel de nuestra profesión. No es la primera publicación que realizamos en ese sentido, tenemos ya un recorrido de años publicando en distintos formatos. Pero a partir de ahora intentamos hacer partícipe a la universidad en la que ambos somos docentes”.