Entre los aprendizajes que dejó el aislamiento preventivo social y obligatorio por Covid-19, la solidaridad y las formas de organización en la comunidad son los que permitieron sobrellevar las distancias y contrarrestar las vicisitudes del contexto, tales como el desempleo. Ese escenario no fue ajeno para un equipo de docentes y estudiantes de la UNER, que visualizaron esta problemática en Concordia y decidieron iniciar un proyecto destinado a mujeres emprendedoras. 

María Soledad Kerling, técnica en Gestión Gastronómica e integrante de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, dirige la iniciativa enmarcada en la convocatoria de Acciones de Extensión en Emergencia. “Empezamos a notar que fueron aumentando las publicaciones de ventas de comida por parte de mujeres que habían quedado sin su fuente de trabajo formal; entonces pensamos esta propuesta a raíz de lo que cada una podía y sabía hacer”, comentó a UNER Medios.

“Se armó un hermoso grupo donde todos colaboran, ayudan, damos las clases, nos pasamos recetas entre todos y vamos armando los encuentros”.

Antes de ser un proyecto institucionalizado de la UNER, la idea comenzó a gestarse en un grupo de facebook llamado Mujeres emprendedoras de Concordia. Kerling relata que el fin de la iniciativa es aportar a la técnica, calidad y buena presentación de los productos que las integrantes brindan a sus elaboraciones gastronómicas.

“Me ayudaron a armar esta propuesta y empecé a ver qué personas se podían sumar, que les guste la gastronomía, que sean solidarias, que se comprometan y participen de manera voluntaria y desinteresada; así armamos un grupo con alumnas”, relató la docente. También destacó que “se armó un hermoso grupo donde todos colaboran, ayudan, damos las clases, nos pasamos recetas entre todos y vamos armando los encuentros”. 

Sobre los encuentros

El equipo que lleva adelante el proyecto, está conformado por estudiantes de primero y segundo año de la Tecnicatura en Gestión Gastronómica (TGG), de Ingeniería en Alimentos y por una ingeniera, graduada en esa casa de estudios. Respecto a las actividades que realizan, la técnica mencionó que “todos los viernes se desarrolla una clase virtual con las mujeres y además se brindan charlas sobre inocuidad, limpieza y desinfección, marketing, costos y recetas”. 

También comentó que cuando la Facultad lo habilita los encuentros se realizan presenciales, en los laboratorios de cocina. “Tratamos de amoldarnos a las necesidades de las emprendedoras, las escuchamos, vemos en qué están necesitando más ayuda, más allá de las recetas que proponemos. A veces hay algún viernes en que enseñamos una receta y sumamos otra que a ella les interese, que puede tener más salida, las escuchamos”, describió. 

“Me encantaría que esto pudiese continuar a través del tiempo, no sólo por proyectos de extensión; hay una demanda afuera que es real, las emprendedoras lo demandan, quieren aprender, quieren formarse”.

En las propuestas de capacitación participan mujeres de diferentes zonas y barrios de Concordia, que manifestaron su interés de inscribirse a través de una encuesta creada por Kerling. “Hubo muchas interesadas, cuando abrimos el formulario para que se anoten la idea era dejarlo abierto una semana y en menos de 24 horas tuvimos 60 personas anotadas”, relató. 

Durante las capacitaciones se brindan tips, técnicas y saberes que, tal como puntualizó la técnica, “no los dan en otros lugares”. Además expresó que “les sumó un montón a las emprendedoras, porque a veces no tienen el tiempo de hacer una carrera; ellas ya están trabajando en el rubro alimenticio, nosotras aportamos a perfeccionar sus técnicas, a llevarles algunos saberes”. 

Continuidad del proyecto

Según Kerling, debido a los cupos reducidos y a fin de poder llevar a cabo los encuentros de manera organizada, muchas mujeres quedaron fuera de la propuesta. Por esta razón comenta que están evaluando “qué se puede hacer más adelante para cubrir esta gran demanda, esta necesidad que es real”.

En ese sentido la docente expresó: “Me encantaría que esto pudiese continuar a través del tiempo, no sólo por proyectos de extensión; hay una demanda afuera que es real, las emprendedoras lo demandan, quieren aprender, quieren formarse, aprender de calidad, de costos, marketing”. 

Sobre los resultados, comentó que las participantes “están muy conformes, creo que fue muy acertado lo que hicimos”. Relató que habían planificado “una cantidad de 15 personas considerando que siempre se van bajando y la verdad es que estamos terminando el curso y no se bajan, están muy expectantes y conformes”. También mencionó que “las emprendedoras están pidiendo que se extienda el curso porque lo ven muy necesario; me contaron que están incorporando los productos que les enseñamos a sus emprendimientos y se están vendiendo”. 

“Fue una idea que surgió desde la solidaridad y que salió buenísima, estamos muy enchufadas, es un grupo muy bueno, con energía; las participantes son muy solidarias entre ellas también, eso es buenísimo”, sostuvo Kerling.