El proceso que inició en 2019 por iniciativa del rector Andrés Sabella y continuó con la participación de la comunidad académica, confluyó en un nuevo documento que sienta las bases para el funcionamiento y la identidad institucional de nuestra Universidad. El Estatuto fue aprobado por la Asamblea Universitaria. 

Desarrollada bajo una metodología inédita de participación y consensos, la reforma que se concretó el sábado 1° de abril en Concepción del Uruguay marcó un hito histórico para nuestra casa de estudios. “Los 50 años de la UNER nos encuentran en una situación de consolidación de lo hecho y de crecimiento planificado. Esto nos obliga a seguir trabajando por mayor democracia y ampliación de derechos de toda la comunidad universitaria, sin caer en extremos inconducentes y conflictivos”, expresó Sabella a UNER Medios sobre la jornada democrática.

El recorrido comenzó con la solicitud del rector de la UNER al Consejo Superior para crear una Comisión ad hoc. Al respecto, remarcó que “la reforma respeta y contempla los pilares fundacionales de la universidad pública Argentina, y trae consigo oportunidades y transformaciones”. Asimismo, destacó que “el nuevo Estatuto es producto del trabajo colectivo, de escuchar antes que proponer, de consensuar antes que confrontar, de orientar la estructura jurídica para posibilitar la atención de las demandas sociales y educativas que tiene nuestra provincia”.

Luego de casi dos décadas de la última reforma, el análisis y la discusión en torno al Estatuto convocó al diálogo y al debate entre diferentes actores y espacios que integran la vida universitaria. A lo largo de casi cuatro años se reunieron diversas propuestas de docentes, estudiantes, graduadas, graduados y no docentes de las nueve facultades y de Rectorado, con el aval de sus órganos de gobierno, además de los espacios gremiales AGDU y APUNER.

Como lo expresa la Resolución de CS N° 220 de 2019, no se puso a consideración un documento previamente elaborado sino que se procuró integrar aportes que surgieran desde diferentes perspectivas, sustentadas en amplios acuerdos del conjunto de la institución. La creación de un texto consensuado, que reúne los aportes realizados por toda la comunidad universitaria, constituye un procedimiento inédito en la historia de la UNER. 

Pensado como parte de un proceso integral que involucra reformas escalonadas, el texto estatutario al que se arribó constituye sus dos primeros peldaños. Fue construido a lo largo de ocho etapas, a las que luego se sumó la participación de los decanatos y de representantes de los órganos de gobierno de todas las facultades y de la Universidad. “Las diferencias, aquellos cambios que unos no pueden ver, los campos en los que diversos actores participan y las luchas que muchos otros sectores encarnan, fueron las riquezas que construyeron esta reciente norma y que seguramente en algunos años será nuevamente debatida, porque queremos una Universidad que mire las transformaciones sociales, culturales y tecnológicas que la atraviesan”, resaltó Sabella.

Entre los ejes principales de la reforma se contempla la evaluación en distintas dimensiones como política pública de la UNER, se transversalizan las funciones sustantivas clásicas −docencia, investigación, desarrollo e innovación, extensión y función social, y se habilitan otras. También se revisan las atribuciones de los órganos de gobierno para agilizar la toma de decisiones, así como su composición y los requisitos para conformarlos. En este sentido, se amplía la participación en el Consejo Superior de no docentes y de estudiantes −sumando además otros trayectos formativos−, y se equilibra la conformación del cuerpo docente respecto a las categorías auxiliar, jefatura de trabajos prácticos, adjunta, asociada y titular.

Por otra parte, la nueva norma ordena el marco reglamentario del sistema preuniversitario −como la Escuela Secundaria− y los temas transversales género, accesibilidad, comunicación, impulsados por el Plan Institucional Participativo de la UNER (que es el plan estratégico de la Institución). Asimismo, evita incoherencias o contradicciones internas con los Convenios Colectivos de Trabajo docente y no docente, el régimen electoral, el régimen docente y aspira a una mejor composición normativa.

El seguimiento estuvo a cargo de la Comisión ad hoc, integrada por representantes de los cuatro claustros, que contó con el asesoramiento y la coordinación del Secretario de Asuntos Jurídicos, Alejandro Caudis. Esa conformación fue responsable de construir la agenda, establecer mecanismos de participación y viabilizar las propuestas presentadas. Para ello también sostuvieron múltiples reuniones con autoridades e integrantes de la comunidad universitaria en general.

Sobre el proceso

A partir de la emergencia sanitaria por Covid-19 en 2020, la agenda de trabajo establecida en 2019 se vió ralentizada pero no interrumpida y tuvo continuidad en el marco de la virtualidad. Esto permitió que en 2021 rápidamente se consoliden los avances logrados y se apruebe el Acta N° 8 de la la Comisión ad hoc −resolución del CS N° 073/22. 

El equipo designado sistematizó las 281 propuestas presentadas por los diferentes espacios de las facultades y gremios, que contaban con el aval de sus cuerpos colegiados. En junio de 2022 inició la formulación de un anteproyecto de Estatuto que contempló las posiciones comunes sobre determinados temas. El texto fue presentado en julio de ese año al rector Sabella, a las decanas y a los decanos de las unidades académicas para su análisis, quienes elaboraron sugerencias nuevamente junto a sus consejos directivos. En agosto esas devoluciones fueron recepcionadas e incorporadas para ser nuevamente analizadas por los decanatos y los consejos directivos. 

A partir de los consensos logrados, inició la reflexión y el debate en torno al borrador de lo que sería el documento estatutario definitivo. Esto incluyó un taller de trabajo ampliado en febrero de 2023, donde participaron integrantes del Consejo Superior y 5 por cada consejo directivo. En esa instancia, y con la presencia de 73 futuros asambleístas, se delineó un texto aprobado por unanimidad. En la siguiente reunión del órgano superior de gobierno se resolvió por unanimidad citar a la Asamblea Universitaria para que trate el proyecto. 

La Asamblea Universitaria 

Durante la reunión del máximo órgano de gobierno se leyeron los puntos que componen el texto normativo y cada uno fue considerado por las y los 146 asambleístas presentes. Sólo 3 artículos se sometieron a votación: el 23 y el 36 se mantuvieron según la redacción original del proyecto, y en el 55 la contrapropuesta resultó votada por la mayoría. 

La jornada del sábado cerró con algunas intervenciones. Sandra Arito, decana de la Facultad de Trabajo Social, fue una de las asambleístas que tomó la palabra. “Esto de hoy fue tan ameno porque llevó muchísimo tiempo de debates intensos”, sostuvo. En ese sentido, valoró el proceso y la metodología que “hizo posible que hoy llegáramos a un proyecto de Estatuto muy trabajado, eso es un salto cualitativo que dió nuestra Universidad respecto a las modificaciones anteriores”. Por esta razón, reconoció al rector, a la Comisión ad hoc y a quienes integran la Asamblea.

Por su parte la consejera superior Luciana Duarte, perteneciente a la misma Facultad, compartió un documento consensuado por el Centro de Estudiantes que conduce y el de la Facultad de Ciencias de la Educación. Allí celebró el espacio de discusión, “a los 40 años de democracia ininterrumpida”, en torno a una norma que permitió “retomar luchas históricas y sociales”. También manifestó la importancia de que el nuevo Estatuto “contemple la paridad de género” y “la categoría del buen vivir”, que permite −profundizó− “ampliar la perspectiva de derechos humanos”.  

Las palabras finales fueron de Sabella, quien se dirigió a todas y todos los miembros de la Universidad como integrantes del sistema de educación superior: “Hay quienes estamos convencidos de que el camino es el consenso, el trabajo, la transparencia, y desde la Universidad tenemos que pelear diariamente por esto. Tenemos que ser una guía de lo que necesita nuestra Argentina”. El rector además invitó a “continuar con los esfuerzos y el compromiso”, tras la reforma que consideró “un logro de la UNER y de toda su comunidad en su 50 aniversario”.

La sesión de la Asamblea Universitaria completa se encuentra disponible en el canal de YouTube de la UNER.

Las principales reformas

  • Padrón electoral estudiantil: se amplía e incluye a quienes cursan con modalidad a distancia o en el pregrado. 
  • Consejo Superior: aumenta la conformación, ahora integrada por el Rectorado, los 9 decanatos, 18 docentes −2 por facultad, de los cuales 1 puede ser titular, asociado o adjunto y 1 JTP o auxiliar de primera, además de las categorías mencionadas−; 9 estudiantes, 1 en representación de cada facultad; 4 graduadas o graduados y 4 no docentes, en ambos casos 1 por circunscripción electoral en virtud de la regionalización de la Universidad.
  • Se extienden los mandatos en los órganos colegiados a cuatro años de duración para todos los claustros, excepto el claustro estudiantil donde se pasa de uno a dos años.
  • Funciones de los órganos de gobierno: se dinamiza la gestión y se reconfiguran las atribuciones de los órganos universitarios en su conjunto, tanto de la Universidad como de las facultades.
  • Rectorado y decanatos: las y los docentes adjuntos pueden ser candidatos. Hasta el momento sólo podían ser electas las categorías titulares o asociadas.
  • Modalidad de votación: se elimina el voto por correspondencia y se habilita el voto mediado por herramientas virtuales.
  • Paridad de género: se incluye una redacción propositiva respecto al tema como criterio para integrar las listas en los consejos directivos y en el Consejo Superior.
  • Integralidad de las funciones sustantivas: se prioriza la docencia, la investigación, el desarrollo e innovación, la extensión universitaria y su función social.
  • Preponderancia de la carrera docente y el bienestar de la comunidad universitaria: se contempla la salud psico-física-ambiental y el buen vivir de los pueblos, se instituyen becas y se estimula la articulación con el medio socio-productivo.